Detrás de una joya, especialmente en el mundo de la alta joyería, siempre está la mano de un artesano, de cuya destreza, oficio y buen gusto depende sin duda el resultado final.
En manos del engastador recae la responsabilidad de darle forma al metal, adornándolo con todo tipo de piedras (principalmente preciosas, pero también semipreciosas), buscando siempre realzar su belleza y luminosidad natural.
Dedicado al oficio de joyero-engastador desde hace 25 años. Comencé mi formación en Oviedo, primero en la Universidad y posteriormente en un taller profesional, donde realizaba todo tipo de trabajos de engaste tradicional.
En 1990 puse en marcha mi propio taller, y aunque mis primeros trabajos fueron realizados con estas técnicas tradicionales, gracias a los contactos con otros engastadores europeos comencé a trabajar con la técnica denominada «pérdida de púas«, con un resultado espectacular con todo tipo de engastes, tanto en chapa, chatón, carril o calibrados, etc.
En estos 25 años he trabajado con las joyerías más prestigiosas del mercado nacional.